otra vez... 8 de marzo!

                                                                                                       (mail escrito hace varios años)

Otra vez el 8 de marzo. Otro día Internacional de la mujer en el cual he recibido muchísimos mensajes, por varias vías de comunicación, felicitándome por serlo, deseándome un feliz día y hasta instándome a que no recibe flores ni bombones porque es un día en donde se recuerda a las cientos de obreras que fueron quemadas en aquel 8 de marzo del siglo pasado, por estar en huelga reclamando igualdad y mejor salario.

Este año yo lo he transcurrido de otra manera. Posiblemente sea que, transitando mis 45 años, tenga una visión diferente que años anteriores: ni tan combativa, ni tan romántica, ni tan de nada. Si bien siempre me interesó la equidad y la igualdad, no veo el por qué se debe recalcar el género en ello. Es cierto, también, que últimamente he sentido "vergüenza ajena" por las actitudes
de muchas de mi género, anteponiendo las debilidades para conseguir objetivos y remarcando lo externo, como medio justificable, para llegar a los fines. Sé también que la competencia juega aquí un espacio importante, no sólo entre género, sino dentro de la misma especie (jé); pero creo profundamente que la competencia viene a ocupar un lugar primordial en la vida de los seres humanos, cuando se carece de seguridad como tal, más allá del género.

A modo de homenaje, he estado pensando y recordando a cada una de las mujeres que han pasado por mi vida... de cómo viven, vivieron... de cómo llevan adelante su vida: sus amores, sus humores, sus desvelos, sus proyectos, sus éxitos... Y en cada una de ellas he encontrado a un ser humano increíble, más allá del género. No es novedad de la fuerza que tenemos para sobrellevar los dolores, ni de cómo podemos realizar muchas tareas al mismo tiempo... tampoco es nuevo que sepamos lo importante que es el amor en cada acto de nuestras vidas, al cuál le adjuntamos la pasión, como ingrediente extra.

Paseando por la vida de tantas mujeres... pude sacar varias conclusiones reveladoras. Todas y cada una de ellas ha tenido tantos miedos como aciertos. Todas y cada una de ellas, a su manera, supo lo importante que es la amistad en las buenas y en las malas. Todas supieron amar... saben hacerlo y, a modo de porcentaje, debo recalcar que, para mi asombro, el 50% de ellas está en pareja. Cosa que desbarajustó mi teoría de que hay demasiadas mujeres solas. Como en todo: hay de todo en todos lados. Ellas son novias, esposas, amantes, empalomadas (juntadas), divorciadas, viudas, solas por elección, solas porque no encontraron con quién compartir la vida, solas que buscan, solas que no buscan... muchas que están por no estar solas... Hay de todo, como en la vida. Más dulces, más inteligentes, más prácticas, más seguras, más intelectuales, más duras, más amables, más femeninas, más ... y menos. Menos tolerantes, menos audaces, menos temperamentales, menos competitivas, menos ahorrativas, menos.

Al acortar el círculo de todas las mujeres que pasaron por mi vida, a las que admiro, a las que son mis amigas, a las que quiero, a las que sigo viendo, a las que están en mi vida y no saldrán más... me he sentido muy dichosa. Puesto que es una banda adorable: divertidas, compinches, escuchas, terribles, únicas, emprendedoras, sutiles, inteligentes... El trayecto que me ha tocado caminar con cada una de ellas ha sido único y he aprendido de cada una de ellas cosas que me han ayudado a ser mejor persona, a poder superar situaciones límites, a sentirme querida y contenida.

Por eso... mis amigas... mis no tan amigas... y hasta a los hombres a los que les mando éste escrito... les mando un enorme abrazo... cálido y lleno de amor, en homenaje al ser humano.