423 flores rojas

Como a través de una enorme lupa, veo, siento y recibo al exterior.
Cuán se corriera un velo transparente, TODO aparece tan nítido, que no siempre puedo digerirlo.
Lo bello es más bello y provoca en mí alegrías extremas y profundas que me conmueven hasta las lágrimas.
Lo terrible es más terrible y promueve en mí lo peor y más oscuro que me ahogan en un
mar de lágrimas.
Lágrimas. Esas que limpian el alma. Esas que anudan la garganta.
El rojo es más intenso. Reaparecen aquellos fantasmas que me llenan de dudas. El espejo me devuelve la peor imagen. El sólo roce de su mano en mi piel me estremece.
Dudas. Todas de una vez. Desde la más compleja acerca de mi existencia en el universo, hasta si llevo o no abrigo.
Los que nunca me quisieron, me quieren menos y se convierten en amenazantes monstruos capaces de arrebatarme TODO.

Los que me aman, me aman más y se convierten en el eje de mi vida y el porqué de mi vivir.

Vehemencia. Extremos. Caos. Crisis.

¿Y justo cuando siento que estoy a punto de pasar la delgadísima línea de la cordura? Miro el calendario.

Sí, otra vez los bajos niveles de mis estrógenos, tiñeron de carmesí mi estabilidad emocional.

Me está por venir...

Pasaron 423 flores: 36 ramilletes de 12 flores cada uno. Y la lupa alimentó mi capacidad de asombro...Y aquellas lágrimas me humanizaron...Y las dudas dieron lugar a mi crecimiento...  Y las crisis rafirmaron mi camino...

Pronto esas flores dejarán de aparecer, y celebro por el jardín que creció en mí y me convirtió en MUJER.
                                                  
                                     Ceci Fogliatti