9 de enero de 2012

¡SOY LIBREEE!!! 
                        (de humo)


Nunca me gustó la perfección. Me aburre. Me incomoda.
Por ello es que, durante mis “casi” cincuenta años, me he topado con algunas que otras dificultades a la hora de superar pruebas; puesto que no encontré nunca las palabras que expresaran mi postura al respecto.  
Así transcurrí mi vida escolar disfrutando la sutil belleza de un 8, la explosiva alegría de los 9 y detestando al escandaloso 10.
Se que he decepcionado a muchos que buscaban competir conmigo y yo, con mi paso lento del interior, me corrí dejándoles espacio más que suficiente, para que me pasaran y ganaran.
Y todo esto viene a cuento de que estoy a punto de cumplir 9 meses sin fumar!!!  jaja me imagino su sorpresa al leer esto último!!  jaja, pero es por eso que descubrí tardíamente mi aprensión a la perfección. 


Fumar cuando yo comencé con el vicio, era una bandera de REBELDÍA  que me alejaba de la perfección la distancia insuperablemente deseada desde lo más profundo. Y yo la levanté orgullosamente bien en alto durante cenicientos 35 años. El cigarrillo era mi dedo número once. El olor a pucho conformaba parte de mi aroma personal y mis tiempos estaban rigurosamente acomodados con los 40 cigarrillos que me fumaba a diario, sin que se me olvide ninguno.
Con todo esto: ¿cómo imaginar que podría dejar de fumar?
¿¿Por salud??? (me tenía que operar sí o sí del corazón)
¿¿por el mágico combo “Champix”+chicles+parches”??
¿¿Por lo que sea?  lo dejé.
¡¡¡ LO DEJÉ!!!
YO… yo lo dejé.
Aún suspiro buscando la respuesta que nunca llegará, de cómo hice para fumar tanto???  ¿En qué momento?
                            . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. . .. ... 
La maravillosa sensación que tengo al pasar el tiempo sin humo, es que soy libre. Que al dejar de fumar me desprendí de algo que me ataba a un espacio que no quería estar más.
Me alejé de un pasado gris. Conflictivo. Complejo. Difícil.
Y va más allá del despertar de los sentidos del olfato (que tengo tan agudo que la paso mal!!!) y el gusto. O el poder respirar sin que se me acabe el aire, sin tos, sin ese horrible olor…
SOY LIBRE.
Más libre que nunca.
Ahora mis imperfecciones son reinas de hacer y ser donde quieran lo que sea, lo que puedan…
    
                                                                                                               y punto...



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